martes, 31 de enero de 2012

Una importante misión

Autor: SideShift
Caracas, Venezuela


Ya mi teniente me había informado de la importante misión que tenía asignada para hoy sábado, bueno, básicamente. Me había dicho ayer que estuviera pendiente del teléfono que él me avisaría antes de salir qué era lo que debía hacer, recibí un mensaje de su teléfono a eso de las 10:00 am diciendo que debía estar a la 1 pm en la estación del Metro en Los Símbolos y buscar a un tipo con un camión pequeño y una camisa verde manzana. Salí tan rápido como pude del cuartel y fui a paso rápido al punto de encuentro.

Eran las 12:40 pm, si me apresuraba un poco llegaría al punto de encuentro a la hora. Aumenté el ritmo y comencé a trotar un poco para estar a tiempo, si tomaba el Metro en La Bandera sería peor, que aunque es una sola estación a veces los trenes tardan en llegar y no podía perder nada de tiempo.

Mi uniforme me impedía moverme como debía, sabía que no debía de traer el chaleco pero bueno qué más se hace. Controlaba la respiración para tener más resistencia y poder llegar a tiempo.

Se atravesaron unos cuantos patineteros por el medio, los evadí como pude  y seguí trotando mientras ellos coreaban por casi haberse chocado conmigo.

Seguí trotando, ya sentía como corría el sudor por dentro de mi chaleco, empapándome la camiseta y la franela.  Una luz roja me detuvo un momento que me mantuve brincando de un pie al otro, pero luego corrí y recuperé un poco del tiempo perdido. Seguía trotando, cargaba el uniforme, tampoco podía dar el mal ejemplo e ir corriendo por toda la calle llevándome a todos por el medio, ya era mucho lo malo que se escuchaba de la milicia, que si el presidente hizo aquello, que si desvaloró a todos los militares, y otro montón de habladurías que en parte podían llegar a tener razón pero por otra eran ganas de buscarle las cinco patas al gato. Ya había pasado el paseo Los Próceres, Santa Mónica, e iba cruzando y podía divisar el parque de atracciones cercano a la estación del metro de Los Símbolos.

¡12:55! "¡A webo! No voy a llegar a tiempo coño, pero no puedo, no, no debo, no debo correr", me decía tratando de controlar mis impulsos. Pero, ¿y si llegaba tarde?, mi teniente había sido muy específico y a él era mejor no hacerlo molestar, sino después me sacaría la mierda con ejercicios. "¡1:00 pm exactas! A esa hora debes estar en la estación Los Símbolos para buscar el paquete".

El paquete, el paquete, debía ser algo de suma importancia –¡Coño! Apúrese maldito viejo hijo e´puta- Decía mientras mantenía los ojos fijos en la estación pero podía ver cómo un señor pasaba tan lento el cruce que podía haberme dado tiempo de cruzar, devolverme, volver a cruzar con una señora cargada y volver a devolverme. –¡¡COÑO APÚRESE!!- Al fin terminó de cruzar y pude cruzar la calle y llegar a mi destino. 12:59:50 pm –¡Que Molleja! Ni Tom Cruise pues- me dije.

Me paré firme mientras buscaba el pequeño camión mirando lentamente de izquierda a derecha. No había nada –No, no he llegado tarde-. Esperé un poco y como en unos 5 minutos apareció un pequeño camión de color blanco con los vidrios oscuros. Me acerqué un poco esperando que de él bajara el tipo con la camisa verde manzana con el importante paquete para mi teniente.

Al cabo de unos segundos apareció frente a mí.

-Buenas Tardes ¿Es usted Miguel Zambrano?

-No, no, yo soy Edison Blanco, pero vengo por órdenes de mi teniente Miguel Zambrano.

-Ahmm ok. Yo soy José Martínez- Dijo estrechándome la mano -Deje un momento le busco el pedido del Sr. Miguel-

-Ok.

El tipo, bueno, José, se fue a la parte trasera del camión,  y se subió a buscar el paquete.

Era un tipo bien parecido, no se veía que estuviera enfrentando ninguna pelazón (crisis económica) ni nada, tampoco se veía muy adinerado pero sí que algo tenía. Debía medir más o menos… 1,74 por ahí, más o menos mi altura, no era muy alto, yo tampoco, pero sí me lo veía un poco más que él, yo estoy delgado, más bien cuadrado por el ejercicio que me imponen a diario en el cuartel, pero el tipo por ser un poco más relleno se veía más bajo, con una barba de unos días y el pelo castaño, llevaba una franela Adidas Climacool –Sí, debe ser que hace mucho ejercicio- y con un mono azul marino con una raya blanca a los lados.

-Aquí está -Dijo apareciéndose frente a mí con una enorme bolsa negra.

-Muchas Gracias -dije tomándolo. No pesaba nada… un kilo cuando mucho, era más el volumen que el peso. ¿Qué coño era ese paquete tan importante?

-¿El Sr. Miguel no le dijo nada del pago?

-¿El pago?

-Sí.

-No, no me dijo nada, ¿pero cuánto le debo? -A mi teniente se le había pasado decirme que tendría que pagar, y yo con sólo Bs. 20 en la cartera.

-Bs. 120.

-Mierda- me dije.

-No los tengo ahorita, pero si me permite yo voy al banco y los saco en un momento- dije buscando una solución rápido.

-Ok, no hay problema ¿Dónde te queda el banco? Si quieres te acerco.

-Eso sería bueno, queda a unas cuantas cuadras de aquí, como 5 minutos en carro- dije sosteniendo la bolsa con una mano y con la otra señalando el camino.

-Sí, sí esta bien. Vamos que yo te llevo.

-Gracias.

Me abrió la puerta del camión. Me subí y luego subió él por el otro lado.  Encendió el camión y aceleró un poco.

-Entonces ¿Por dónde es?- dijo mirándome de arriba a abajo y luego volteó al frente mientras se mordía los labios. ¿Qué carajo?

-Bueno por aquí -dije señalando la derecha-, después cruzas a dos cuadras a mano derecha de nuevo y más adelante está.

-Ok… ¿Qué tal la vida de militar?- preguntó sin perder tiempo.

-Bien. Sólo estoy de servicio por un año.

-Ahmm ya… ¿Pero te gusta o mucho maltrato?

-No, no vale. Todo fino. Me tocó un buen mayor.

-Ahmm… yo iba a entrar en la Academia hace años pero no quedé y no le volví a intentar, menos mal que ahora veo esa vida de lo más malo…

-¿Por qué?

-Bueno te la pasas puro ahí metido, cuando te dan permiso no te da tiempo de nada y en vacaciones igual, además que mucho trabajo, prefiero tener mi propio negocio así como ahorita.

-Ahmmm.

-¿Sabes? es un buen negocio, además, trabajo con mis propios horarios.

-Jaja, debe ser bueno.

Estuvimos hablando un poco de una que otra cosa mientras que llegábamos al banco. Al final que no era sangre pesada el tipo a pesar de que lo aparentaba, aunque de vez en cuando en la voz se le notaba un todo algo “sifrino” (Creído) o “Raro”.

Llegamos y me iba a bajar cuando de pronto pone la mano en mi muslo y me dice de una:

-Pana, estoy dispuesto a pagarte Bs. 300 si me echas una buena cojida ahorita mismo…

-¿Qué?- me dije, ya le había visto otras intenciones al carajo cuando se me quedó mirando de pies a cabeza. No era la primera vez que causaba eso en otros hombres, pero ninguno había sido tan zampado para decírmelo de una.

-Bueno si quieres te lo piensas mientras vas al cajero, aunque si te los pago ni necesitas ir en realidad.

-No, no te preocupes yo voy de todos modos -Dije bajándome del camión y cerrando la puerta casi de golpe.

"Bs. 300 por cojerme un tipo, no mames, yo no soy maricón ni me estoy muriendo de hambre para que tener hacer eso".

Iba de camino en el cajero y aunque al principio estaba seguro, ya me lo estaba re-planteando, Bs. 300 por cojerme a ese tipo, joda casi nada, nunca viene de más el dinero además que ya llevo sin tirar desde el año pasado, coño, no he tenido permiso desde antes de Diciembre, mejor aprovecho y mato dos pájaros de un tiro, pero… No, coño es sólo cojerme un tipo, nadie se tiene que enterar, además más marico es el que se deja cojer que el que coje ¿No?.

La cola para usar el cajero iba disminuyendo y mientras tanto en mi mente seguía librándose la batalla del sí y el no… No jodas, voy a aprovechar y listo.

Saqué el dinero y me devolví al camión, me subí y cerrando la puerta José me pregunto…

-Por fin ¿Te decidiste?

-Sí.

-Y entonces ¿Que harás?

-Sí, sí lo haré.

José hizo un sonido gutural como gimiendo mientras se mordía el labio inferior.

-¿En dónde?

-Aquí mismo. Puedo tener mi propio horario para comenzar, pero las entregas sí tengo hora así que mejor que sea rápido…. Si me gusta y estás de acuerdo  quedamos para otra- dijo apretando su mano en mi muslo mientras iba subiendo poco a poco.

-O…ok -dije sintiendo como un pequeño escalofrío recorría todo mi cuerpo.

-Ándale sácate el bicho…

-Ok- me levanté un poco en el asiento apoyándome del espaldar con el cuello y conseguí bajarme el cierre rápido. Me saqué el güevo (Polla) que aún estaba dormido, aún no me había excitado, después de todo, hacerlo con un hombre nunca había estado en mis planes y siquiera me daba un poco de morbo… al principio.

No era la primera vez que un tipo se me insinuaba, de hecho varios lo habían hecho, pero los ignoraba o los miraba con desprecio, pero con la oferta que José me hizo, son 300 Bolívares, el dinero nunca está de más.

Y es que suelo atraer bastante las miradas, según me parece, por eso debe ser que no era el primero en insinuarse. Tengo el cuerpo bastante formado por las horas y horas de ejercicio que me imponía, antes de entrar al servicio, y una vez que entré se puede decir que seguí manteniendo el mismo ritmo, a veces hasta mayor. Tengo 21 años, soy moreno, mulato mejor dicho, de piel morena oscura y con el pelo liso, unos dientes blancos que siempre cepillaba con esmero, tanto que hasta llegaba a romperme las encías la mayoría de las veces. Ojos color miel, bastante claros y bueno, según decían los demás, con las facciones y la mirada como de un felino salvaje y que incitaba a tener sexo a cada rato, eso ultimo lo decía una ex jaja.

José, apenas me saqué “el bicho”, lo tomó con una mano y se acercó hasta él, primero lo olfateó un poco, después con el dedo pulgar e índice tomó del prepucio y tiró un poco de él…

-Veamos…. Cómo iré a despertar a este nené de su siestecita…

Con su mano lo pajeó un poco, aún flácido se le resbalaba un poco de las manos, así que se lo llevó a la boca y empezó a chuparlo, tirando bastante fuerte, con la lengua me hacía círculos alrededor del güevo y luego tiraba de él, después movía su lengua rápidamente como dándole golpecitos.

Poco a poco mi pene, ya sin poder resistirse a los estímulos de, al parecer tan experta lengua, comenzó a dotarse de vida propia, y a comenzar a erguirse triunfante frente a José que gemía desenfrenadamente mientras chupaba y pajeaba con una mano y con la otra trataba de sacarse su pene, pero no podía bajarse bien el mono hasta que haciendo lo mismo que yo con el cuello y el espaldar del asiento se lo bajo hasta los tobillos.

Comenzó a masturbarse como loco con una mano y con la otra chupaba mi pene apoyándose de mi abdomen, que supongo sintió duro y luego quiso curiosearlo, me fue desabrochando el chaleco y después levantándome la franela y la camiseta, con la lengua comenzó a explorar, pasándola entre cada cuadrito que abultaba duro. Trataba de morderlos y luego los lamia, debía estar sudado pero eso no le importaba, de hecho parecía que se relamía el sabor de mi sudor.

De pronto se echó para su asiento, después se echó hacia mí estirándose hasta alcanzar la guantera, sacó un condón y un pote de aceite de bebé.

-Coño no he tenido tiempo de comprar lubricante pero esto sirve, ponte el sombrero…

-Pensé que sería sólo la mamada.

-Te dije una cojida, y bueno, si lo que quieres es recibir Bs. 100 papito lo dejamos hasta aquí.

-No me llames "papito", maricón de mierda- Dije sujetándole por la nuca.

-Ay sí, mira que no te has excitado, cógeme de una vez que sabes que te gusta.

Y sí, no lo podía negar, me gustaba lo que ese tipo me estaba haciendo, lo mamaba de una manera que quizás sólo un hombre sabría hacer, después de todo, uno da lo que quiere recibir ¿No?. Algo así era, pero si él quería que yo se lo mamara -ja- ahí sí que va a terminar con la mandíbula rota.

-Coñooo bájate ese pantalón de una vez y ábrete un poco para yo caber encima de ti.

-Ok.

Menos mal que los vidrios del camión eran bastante oscuros, seguro que ya se lo había pensado el marico este y por eso los había puesto así, si no, quién no hubiera gozado o perturbado de los espectáculos que de seguro el tipo este se montaba.

-Coño era una fantasía que un militar me cojiera, anda házmelo de una vez…

Destapé el condón y con cuidado me lo puse en la cabeza y lo fui deslizando por todo el tronco hasta que mi pene quedó completamente vestido para el baile.

José se puso sobre mí y doblando la cabeza hasta chocar del parabrisas delantero se levanto abriendo todo el culo enseñándome el agujero que dentro de poco sería tapado con mis 19 cm de carne pulpa negra.

Con la mano derecha me dirigí el palo hasta su culo y con la otra fui tirando de él haciéndolo descender lentamente.

O el tipo se echó el aceite de bebé sin yo darme cuenta o éste sí que hace bastantes entregas a diario porque sin mucho esfuerzo pude enterrar toda mi vara en él haciéndole gemir como perra en celo.

Podía ver cómo se marcaba su respiración en el parabrisas mientras que empujaba y tiraba de él haciendo que su culo se tragara todos mis 19 cm… De pronto sentí como que empezaba a apretar el esfínter mientras trataba de moverse  de forma circular, -maldito- me tenía en la gloria, eché la cabeza en el espaldar y mire el techo del camión, la corrida era inminente. Él, después del movimiento de círculos, empezó a hacer más bien de atrás a adelante, haciendo como si mi pene fuese una palanca, hasta que se lo metió todo completo de nuevo y volvió a apretar…

-Pffffff maldito eres toda una perra, ni las de la Libertador (Av. Libertador de CCS) son tan buenas… pfffff -le dí una nalgada haciéndolo gemir de nuevo, pero esta vez gimió más fuerte, se estaba corriendo el desgraciado, estaba salpicando todo con su esperma y casi alcanza a llenarme… de no ser porque aún con mi pene en su culo insertado, comencé a mover las piernas de un lado al otro. –Coño de su madre-

-Ya está listo papa…- dijo mientras levantaba el culo sacándose mi pene y dejándolo al aire.

-¿Qué? ¿Eres de los que encienden la vela y no la apaga?

-No tengo tiempo ahorita, ya por lo menos cumplí mi fantasía, dame tu número y otro día vemos qué hacemos.

Le había gustado al puto ese, pero… ¿Le doy mi número?… No sé por qué pero terminé dándoselo.

Después de eso ya no hicimos más nada en el camión, él me llevo de nuevo a donde nos habíamos encontrado y no sin antes entregarme el paquete me dijo que un día de estos me volvía a llamar y me “apagaba la vela”, haciendo énfasis en esto ultimo. Luego así como llegó, se fue, y ya cuando estaba lo suficientemente lejos para no alcanzarlo recordé que no me había pagado… ni yo a él, aunque yo era el que perdía más, ese puto maricón se había aprovechado de mí.

A los segundos me llegó un mensaje…

+584270432842: Papi se me ha olvidado pagarte, eso hace que tengamos que volver a vernos así que ya sabes. ;D

Sin saber por qué, agregué el número en mi agenda. Ese desgraciado, ¡¡¡ese desgraciado!!! Ese desgraciado me hizo descubrir una nueva fuente de placer, pero me había robado el maldito.

Levanté el saco que me había entregado José y por curiosear destapé la bolsa negra que envolvía ese paquete de gran volumen y poco peso, y cual es mi sorpresa, miles y miles de bolitas de poliestireno que no debían de pesar ni un kilo.

De verdad que no sé si mentarle la madre o agradecerle a mi teniente por asignarme “tan importante misión”.

Menudo hijo de puta.

SideShift


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